Rebelarse es poner en acción decisiones extremas que van en contra del orden establecido, y eso es lo que había hecho Orlok. Había llegado a un momento de su vida en que no existía un retorno posible. Ya nada sería igual.
Por sabio o por caprichoso, Orlok había iniciado intencionalmente un incendio en el jardín y ahora las llamas estaban comenzando a cubrirlo todo. Orlok había perdido su impulso confrontativo hacia el jardín cuando el fuego lo obligó a retirarse, pero no estaba arrepentido. Pensaba que había hecho lo que tenía que hacer, y que si volviera a vivir mil veces, volvería a incendiarlo todas las veces. Su realidad anterior al incendio se había vuelto tan insoportable que no era posible seguir viviéndola de ese modo. Orlok había llegado al punto sin retorno mucho antes del momento en que prendió fuego su jardín.
* Así definió hermano fernandes al momento actual de Orlok e inspiró este texto.
Hay diferentes tipos de punto sin retorno.
ResponderEliminarEn algunos uno no puede volver al mismo lugar y en otros, puede volver, pero ya no es exactamente uno mismo.
That is true. Ahora hay que ver si no se le queman los orloks.
ResponderEliminarOrlok, hubiera sido más fácil ignorar el jardín, si es que éste efectivamente existía. Pues -según creo advertir- el que te engañó quizás no haya sido el jardín, sino tú mismo, su creador.
ResponderEliminarEs un buen punto, pero para Orlok el jardín es real. Es imposible para él ignorarlo.
ResponderEliminar