Cap 15 - Cielo blanco

El jardín en llamas tomaba aire para devorárselo. Orlok estaba rodeado por el fuego, ya no había a donde correr. Estaba aterrorizado. Su raciocinio se había evaporado con el calor, solo quedaba el instinto. Orlok no quería morir prendido fuego, no quería estar consciente de sus propios alaridos de terror cuando las llamas lo cubrieran por completo. Se puso de rodillas y comenzó a escarbar en la tierra. No le importaba que bajo sus uñas se acumulara tierra, siguió cavando. El fuego avanzaba a gran velocidad. Chispas revoloteaban a su alrededor y quemaban su cuerpo. Sobresaltado, hundió la cabeza en la tierra. Cavaba con las manos a toda velocidad y a la vez impactaba con su cabeza contra el suelo. El fuego estaba ya muy cerca. Sin dudarlo, se zambulló en el pozo poco profundo que había logrado cavar. El fuego alcanzó primero sus piernas. Orlok comenzó a gritar desesperado, era insoportable. Con toda su voluntad se impulsó hacia adentro, empujando con la cabeza. La tierra comenzó a ceder. Orlok comenzó a ver algo que brillaba debajo de él. Había luz debajo del jardín. Insistió con fuerza, tenía que avanzar por entre la tierra para llegar a esa fuente de luz. Se olvidó del dolor, se arrastró, se aferró a esa idea de luz blanca, y con gran determinación, Orlok atravesó la tierra y emergió en una planicie fresca, infinita, bajo un cielo blanco.



4 comentarios:

  1. Sí, error garrafal. Empecé con una idea y cambié a mitad de camino. Volví a la primera idea (ver texto arriba). Gracias y por favor olvide lo leído anteriormente. Me deje seducir por algo momentaneo.

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  2. Es el cielo y el infierno del blog novelado...

    Uno descubre errores, pero también va modelando la historia de acuerdo al interés del lector... Es medio loco.

    Yo trato de no dejarme llevar, salvo errores.

    Pero todo es enmendable, así que let it be.

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  3. Es cierto, pero un capricho es un capricho y lo que había escrito era un capricho. Y como tal, merecía la sentencia de muerte y su correspondiente ejecución.

    Gracias por señalarlo y no se sienta culpable. Se hizo justicia.

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